jueves, 22 de julio de 2010

Las dos caras de la moneda.

Esta tarde, como casi todas las tardes de julio, cuando comienza a amainar el calor, hemos bajado a tomar una (ó dos ) cervezas bien frias con algún aperitivo en alguna de las terrazas cercanas. Para nuestra sorpresa, las dos terrazas que solemos frecuentar(con numerosas mesas cada una) estaban completas. Afortunadamente vivimos en una zona que poco se parece a la densidad de bares y restaurantes de Suecia y pudimos encontrar mesa en una tercera terraza cercana.

Una vez allí, cómodamente instalados en nuestra mesa, complementamos lo que ya veniamos comentando por el camino... joder que lleno todo, cómo es posible que todas las mesas estuvieran ocupadas? dónde está la crisis? qué buena señal que esté todo lleno? buen indicio, parece que se confirma que estamos saliendo de la crisis ...

Pues claro que sí, coño! si está todo lleno, vayas a donde vayas, que ayer estuvimos en el teatro y estaba lleno ... y era miercoles!! No nos dejemos acobardar por los medios de comunicación. No sólo podemos salir de la crisis, sino que vamos a salir de la crisis y, además estamos saliendo de la crisis ... eso sí, con el esfuerzo de todos ó, al menos de muchos, entre otros de mi amigo Javier.

Y quién es Javier y a qué viene hablar de él?.

Cuando estábamos sentados, tomando nuestra cerveza fria y filosofando sobre el final de la crisis me pareció que el de seguridad del centro comercial en el que se encuentra la susodicha terraza me resultaba conocido. En seguida le reconocí, me levanté y me dirigí hacia él. Me contó que había tenido que dejar el camión del que era propietario y que había sido su sustento desde hacía casi 30 años y había tenido que reciclarse y buscar cualquier trabajo que le permitiera seguir pagando lo que le quedaba de hipoteca y el resto de gastos de la familia. A su mujer la habían despedido y estaba desde hacía meses en el paro y él había estado buscando trabajo durante meses, primero con el camión y después de lo que fuera. Por fín, a través de la oficina de empleo, le habian ofrecido este puesto de vigilante.

Ole tus cojones, no pude evitarlo y fue lo primero que le dije. Todos los trabajos y profesiones son dignos si se realizan con dignidad y profesionalidad. Después de muchos años dedicandote a una profesión, le dije, ahora tocaba reciclarse y buscar lo que sea y tú, continué, lo has hecho. Tienes que estar orgulloso y contento de que a tus 50 años has sido capaz de cambiar de oficio, no te has arrugado, no te has quedado en casa lamiendote las heridas y pensando en los muchos años de actividad con tu camión, al contrario, has sido capaz de cambiar, buscar otras salidas y dedicarte a algo en lo que, probablemente, nunca habrías pensado.

Esa es la forma y la actitud para salir de la crisis.