domingo, 27 de febrero de 2011

Otro de mis rincones


Como bien han visto algunos de mis dos o tres lectores que tengo, he vuelto a cambiar la foto de portada.
Se trata de otro de mis rincones favoritos.
Es el salón de la casa de Fernán Caballero. Más concretamente la zona, como se puede apreciar, cercana a la chimenea.
Es un lugar en el que me siento bien, en paz y seguro. Esto es curioso, pero es así. Cuando estoy en F.C. y, especialmente en casa, me siento como si allí no pudiera pasarme nada malo, como si estuviera en una burbuja que me protegiera.
Deben de ser reminiscencias del pasado. Probablemente lo asocio a mis estancias allí, en vacaciones, con mi Mae (mi abuela a la que llamaba de esa manera, aprendida de un primo mayor). Allí me sentía féliz y protegido de cualquier mal que pudiera existir en el mundo exterior.
Ahora me sigue pasando algo parecido. Lástima que no vaya con demasiada frecuencia, claro que esto se puede y se debe remediar. Ya me estoy relamiendo pensando en unas migas o en un rico arroz con pollo o en unas chuletas de cordero en la barbacoa, tres comidas que me encanta tomar allí y serias candidatas a ser las próximas en caer.

Feliz semana.

miércoles, 16 de febrero de 2011

A Valencia en el AVE

Subo a las 7:40 y llegamos puntualmente a la estación de Joaquín Sorolla a las 9:10, qué gozada, a penas acababa el períodico y ya estaba llegando.
Iba a una feria de energías renovables y gracias al AVE pude estar un sólo día sin tener que pasar una noche fuera.
Recuerdo mis primeros viajes en tren y qué diferencia, claro que cuántos años de diferencia.
Lo primero que sorprende (o no tanto ya) es la cantidad de gente con un portatil abierto, casi parecía un aula de informática.
Lo segundo la velocidad (sin que se note nada), de vez en cuando miraba el display que marca la hora, la temperatura y la velocidad y alucinaba cuando veía 300 km/hora.
Uno de los del portatil era mi vecino de asiento. No paró de teclear todo el trayecto, debió de escribir media novela. Claro que se desquitó en la última parte del viaje, cuando se puso a dormir y a roncar como un hipopótamo.
Un poco más delante se sentaba un dandy italiano, traje de diseño, bufanda blanca, abrigo negro último modelo y, por supuesto, portatil.
A su lado, su compañero de asiento parecía un "obrero del metal" y resultó que cuando ví la pantalla de su ordenador (sí, este también llevaba portatil) tenía planos del diseño de un avión.
A mitad de camino, supongo que por Cuenca, el paisaje estaba nevado, precioso.
Junto a un gordito de cara redonda y mofletes colorados iba una rubia despanpanante que se pasó medio viaje durmiendo y la otra mitad dedicada a una sesión de chapa y pintura. Qué susto, parecía que se iba a sacar un ojo con el "palito" de pintarse las pestañas.

Y la puñetera puerta del vagón sin parar de abrirse y cerrarse cada vez que movía un brazo para pasar las hojas del períodico.

En esas estaba cuando llegamos a la estación, qué pasada.

Feliz semana.

domingo, 6 de febrero de 2011

Sobrinos

Este fin de semana ha tocado sobrinos.

Dice el dicho que "a quien dios no le da hijos el diablo le da sobrinos". En mi caso tengo hijos y además unos sobrinos maravillosos. Simpaticos, alegres, educados, hasta guapos, qué digo? guapísimos son. Y me refiero no solo a los carnales, también a los que lo son por parte de mi mujer.

Comenzó la sesión "sobrinil" el viernes por la tarde-noche con la llegada a casa de Daniel y Lucía. Si tienes problemas con el servicio, suponienso que tuvieramos servicio, con Lucia lo tienes resuelto. Te ayuda en las tareas de la casa con una predisposición inaudita para su edad. Y hablo no solo de poner o quitar la mesa hasta te prepara la comida si le das dos indicaciones.

El sabado me acompañó a hacer la compra y en un momento la teníamos liquidada gracias a su diligencia.

Daniel es puro nervio, comiendo habría que clavarle a la silla para que dejara de moverse. Claro que habiendo play station o similar en la casa ya no hay niño.

El sabado los tres fuimos a ver a Gabriel que jugaba con su equipo en Rivas. Juega fenomenal y no para de correr y luchar todo el tiempo. Está enfadado porque su entrenador le saca poco.

En la grada, animando, su padre y su hermano Victor, el más crítico con el juego y con la táctica del entrenador pero tan cielo como siempre.

En Talamanca partido de Sara, otra sobrina preciosa, con cara de angel. Sus primos David y María fueron a animarla y volvieron con ella felices y encantados de la victoria por 13 goles (Florentino ya tienes cantera para el equipo femenino).

El domingo se pasó volando, entre visita al abuelo Quico, visita inesperada de Leyre, paella familiar, retoques en la web de Carlos.
Lo hemos pasado fenomenal. Ahora, ya se han marchado todos y ... algo falta.

Feliz semana

martes, 1 de febrero de 2011

Fin de semana en el Saint Gregory

Hemos vuelto por aquí.
Quico con la quimio no es que tuviera las defensas bajas es que las tenía por los suelos.
Entramos por "Urgencias" el viernes por recomendación de su oncólogo. Un ratito que se esté allí da para escribir no un libro, una enciclopedia. No sólo sobre las múltiples anecdotas, también sobre la enorme profesionalidad de los que allí trabajan.

El sábado nos dieron habitación, la 307, que rápidamente convertimos en nuestro hogar aprovechando que no había compañero de habitación.
Si la atención en Urgencias es de "Chapeau", en planta es de sobresaliente, desde el batallón de la limpieza que se despliega por los pasillos y las habitaciones sin ruido pero con eficacia, hasta los doctores (de los mejores del país) pasando por las enfermeras (cada día allí es un un Master que realizan) y los/as sanitarios/as que con suma amabilidad y ternura limpian heridas, cacas, pises y lo que haga falta.

Las defensas van subiendo. Los leucocitos y las plaquetas han vuelto a niveles aceptables y el oxigeno en sangre se ha recuperado.
Sólo falta un poquito más de fortaleza, un poco menos de dolor y a tirar unos meses más hasta la próxima vuelta al taller a reponer fuerzas.

Feliz semana.