viernes, 5 de marzo de 2010

Vaya semanita

Pues sí, esta semana tocaban ferias y otras malas hierbas.

Comenzó la semana con un seminario organizado por el IIR sobre el Almacen Automatizado y desde el coche al hotel me cayó más agua que a Noel en el arca. El parking del hotel estaba completo y tuve que aparcar donde Cristo perdió el mechero (hoy estamos bíblicos). Menos mal que uno es un atleta de largas y fuertes piernas ( hoy también toca autoalabanza).
Afortunadamente valió la pena el "mojamiento". Fueron unas ponencias interesantes y muy concurridas. Además, pude saludar a varios clientes reacios a invertir sus escasos presupuestos publicitarios en MyA y hacerles ver algunas de las multiples virtudes que tiene anunciarse en el medio logístico por excelencia (con permiso de Mercedes).
El martes se celebraban las 32 Jornadas de Logística del CEL. Un completo éxito de crítica y público.
Ponentes y ponencias de gran nivel aunque, la mejor, por supuesto, la moderadora de la Mesa sobre Gestión de Riesgos... Carmina.
La comida prometía, no sólo por lo gastrónomico sino también porque estábamos numerosos colegas dispuestos a hacer unas risas entre bocado y bocado. Sin embargo la logística gastronómica fue manifiestamente mejorable y había que ir por un plato de paella con el cuchillo entre los dientes.
Como no era sentados, Carmina y yo nos situamos estratégicamente en uno de los lados del salón para poder apoyarnos contra la pared (que uno tiene ya la pelvis con más fisuras que los platos romanos encontrados en Segobriga) y bien situados para preparar emboscadas a las escasas bandejas de comida.

Camino de la estación le conté a Carmina la "hazaña" de Carlos (otro día hablaré de este tema).

El miercoles a Sicur. Creo que nunca he recorrido los pabellones más deprisa (por aprovechar el poco tiempo disponible y por la falta de potenciales clientes).
Sí que ví entre otros a mis amigos de Siemens, Enrique y Nathalie.
También me encontré con Maribel, de CIC, poco antes de que se volviera para Barcelona. Vaya ojos tan bonitos que tiene, no me extraña que venda un montón.

El jueves, a las 5:00, para arriba (aunque me había despertado a la 4:30) para llegar con tiempo al AVE y salir hacia Smagua.
Lo del AVE es una pasada (lo siento Iberia pero te seguiré siendo infiel). Estaba acabando el períodico, después de tomar un cafetito bien caliente y ya casi estaba en Zaragoza.

Smagua sigue manteniendo el tipo. A pesar de lo que está cayendo, ha conseguido mantener unos resultados más que aceptables en lo que se refiere a número de expositores y de visitantes.
Con la azafata, futura maestra según me contó, tuvimos suerte. Liquidó en un santiamén el pabellón que faltaba por distribuirse revistas y en el stand no dejaba visitante sin asaltar su tarjetero (el de las tarjetas profesionales).

La vuelta de primera, en primera. Sí, me habían conseguido un billete en primera por una oferta muy económica y volví con las atenciones habituales a los vip y que yo no había "catado" hasta ahora.
Desde que me senté una procesión de azafatas (a cual más agradable) desfiló por el pasillo sin parar: ¿desea algo de prensa? ... ¿quiere auriculares para escuchar la película? ...¿un pañuelo perfumado, caballero? ...¿le retiro ya el pañuelo? ...¿una bebida? ...¿va a cenar? y, casi sin tiempo para cenar, ... Madrid.

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