miércoles, 15 de diciembre de 2010

Comida de dinosaurios, que leches... de expertos!!

Que buen rato pasamos. Todos los años al menos 2 veces, antes de las vacaciones de verano y antes de Navidad, nos juntamos a comer y, joder, (hay que decirlo) qué bien lo pasamos.

Un maestro de comerciales ya jubilado, otro prejubilado, un excelente periodista-editor, otro mágnifico vendedor de publicidad y el que suscribe que en estos años ha intentado aprender un poco de cada uno de ellos (parece que con poco éxito dado el tamaño de hipoteca que todavía mantengo en equilibrio sobre la espalda). Como veis un elenco de viejas glorias, no tan viejas y no tan glorias.

Carlos ha sido uno de mis maestros. Cuando yo empezaba a pelearme con los fotolitos él ya me resultaba de admirar al verle como se desenvolvía con los clientes. Cuánto aprendí en el piso de Principe de Vergara y cuánto me reí con sus bromas, chascarrillos y los gracejos infinitos que gasta (o más bien regala). El día que se decida a publicar sus memorias puede arder Troya.

Paco ha vendido de todo y mucho. Acabó vendiendo publicidad y se quedó. Cómo nos reiamos cuando nos contaba que a las 8 de la mañana ya estaba metido en una cabina de teléfonos (os acordais de ellas?) llamando a un enorme listado de potenciales clientes intentando conseguir visitas.
Claro que no fue nada comparado con cuando nos contó que, recién llegado a "Novamaquina", se metió en una empresa a intentar venderles un anuncio y resultaron ser las oficinas de una revista de la competencia.

Fernando es un maestro de la edición. Allí donde va sabe imponer su sello de calidad. Ha comenzado revistas casi desde el número cero y las ha posicionado como líderes del sector. Su charla pausada y sus explicaciones didácticas hacen que te convenza de que ahora mismo (las 24h) es de día ... y soleado!

Y qué decir del bolillo? ... pues eso que esta vida es mala, mala y si no ... mecaguendiola!
Otro monstruo de la venta de publicidad. Desaprovechado por los malos gerentes pero del que todavía habrá muchos jovenes y no tan jovenes que aprenderán los rudimentos de este santo o diabólico oficio.

Y el menda, seguramente el más torpe pero también el más afortunado por disfrutar de estos personajes, auténticos profesionales como la copa de un pino a la par que amigos.

Feliz semana.

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