domingo, 14 de febrero de 2010

Hoy he salido a andar

Hoy he salido a andar. Tengo la suerte de vivir en una ciudad pequeña y tranquila, con zonas por las que correr ó andar sin problemas.
Hacía un frio del carajo. Me pareció oir en la radio que había un grado bajo cero. Vamos que he salido con más capas que una cebolla. Afortunadamente los chicos me echaron de "Reyes" unas mallas y una sudadera para el frio (vaya pinta que tenía). Con ello salí, debajo del chandal, gorro de mi hijo Carlos incluido, braga al cuello y por supuesto guantes.

A poco metros de casa tengo una avenida que bordea una parte de la ciudad, sin apenas tráfico aunque con una pendiente que ya me gustaría ver a Contador subirla. Es una avenida que atraviesa un enorme olivar que en aras del "progreso" se vió acuchillado casi por el centro. Todavía hoy da una gran cantidad de aceitunas que supongo llevarán a la almazara de Arganda pues en Rivas no hay.
Despues de una subidita de casi dos kilometros se llega a otra avenida, la de los Almendros, que atraviesa la ciudad de norte a sur. Este tramo es muy agradable. Se marcha por un carril bici muy amplio flanqueado en todo su trayecto por dos filas de arboles que en primavera y verano le dan una agradable sombra, así como por filas de plantas aromáticas, sobre todo romero y tomillo.
En algunos tramos hay zonas de columpios para niños y hace poco se han intercalado en varios tramos del recorrido máquinas para hacer diversos ejercicios. Yo voy tan lanzado para batir mis record del dia anterior que todavía no las he probado.
Este tramo debe tener algo más de 2 kilometros y otro tanto tiene el tercer lado del supuesto triangulo escaleno que forma el recorrido que suelo hacer, en total casi 7 kilometros, más o menos unos 60 minutos.

Comencé a hacerlo hace dos años cuando, en uno de los análisis rutinarios, me dio un pelín alto el colesterol y el azucar. Despues de unos meses de andar durante una hora, tres o cuatro dias a la semana y de evitar comer demasiadas grasas y azucar, perdí 11 kilos y me bajó a niveles normales.

Ahora, sigo saliendo a andar dos ó tres días a la semana y cuando no lo hago lo hecho en falta.
Me relaja y me sienta estupendamente tanto física como mentalmente. Aprovecho el recorrido para ir pensando en los "pocos" problemas de estos meses, buscando, por supuesto, sus posibles soluciones. Claro que necesitaría un recorrido bastante más largo o yo ser bastante más listo para que me diera tiempo de encontrar soluciones.

Y es que últimamente tengo para elegir: la actitud de los chicos en casa, sus notas, sus trabajos que no llegan, la crisis, la hipoteca, el euribor, su p. madre, mi santa esposa, la marcha de la academia, sus "asuntos propios", mis queridos amigos zipi y zape, la enfermedad de mi padre, la de mi suegro, mi cariñosa suegra ....

Bueno también pienso en cosas agradables,

El caso es que me he pegado una ducha que me ha dejado nuevo. Después, cuando iba a ojear El País, poco antes de que llegase para comer el abuelo Quico, Abril, la gata, ha tirado una lámpara preciosa a la que además le teníamos un enorme cariño y la ha hecho añicos. Elena, mi santa, se ha cogido un cabreo que ni el que debió pillar Samson cuando descubrió que le habían cortado el pelo. Pero, en fín, esto lo dejamos para otro día.

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